AFORISMOS

INTRODUCCIÓN

Final

Página principal Aforismos I Aforismos II Aforismos III Aforismos IV

 

 

Cito palabras textuales de la revista National Geographic, que en su número 2, en español, decía: “Durante mucho tiempo, la mayoría de los niños en edad escolar han aprendido nociones elementales de Latín, cosa que, lamentablemente, parece que toca a su fin.

 

En muchas ocasiones utilizamos palabras y expresiones latinas cuyo significado no sabemos siquiera. Precisamente por esto las utilizamos mal, fuera de contexto, o con una intención distinta de la que en su origen tenían. No cabe duda de que, en ocasiones, el uso ha ido degenerando tanto la forma como el significado de muchas de estas expresiones; incluso algunas veces la gente, en general, cree que son formas anglosajonas de expresarse, como "a. m.: ante meridiem", "p. m.: post meridiem", ya que las ve aparecer en realizaciones cinematográficas procedentes de los Estados Unidos o de Inglaterra.

Por esta razón creemos que sería interesante y conveniente que dentro de la materia optativa CULTURA CLÁSICA se pudiera llevar a efecto este currículum.

Esta empresa ha tenido superavit
Se va a convocar un referendum
Estos corredores han llegado ex aequo.
La Facultad de Ciencias ha decretado un numerus clausus.
En este concurso hay dos premios y dos accéssit.
Tiene que haber quorum para aprobar el decreto.
El hábitat  del lince ibérico está muy reducido.

Estas y otras expresiones son muy frecuentes en los medios de comunicación, e, incluso, en el habla corriente. ¿Quién no ha utilizado alguna vez los términos agenda, déficit, in crescendo, a priori, campus, ecce homo, nómina, mea culpa, idem, auditórium, et cetera, etc.?  ¿O las expresiones corpore insepulto, peccata minuta, per capita, cum laude, honoris causa, motu proprio, per saecula saeculorum, etc.?

La cuestión es si sabemos usarlas correctamente, si sabemos su etimología, si conocemos lo que quieren decir en su sentido literal (stricto sensu), si, cuando las usamos, lo hacemos por esnobismo, o ex professo.

Cito palabras textuales de la revista National Geographic, que en su número 2, en español, decía: Durante mucho tiempo, la mayoría de los niños en edad escolar han aprendido nociones elementales de Latín, cosa que, lamentablemente, parece que toca a su fin. Además, casi todos los militares instruidos conocían a Julio César, incluyendo su célebre despacho tras la victoria en la batalla de Zela: Veni, vidi, vici (“Llegué, vi y vencí”). Incluso entre gentes sin una formación académica en lenguas clásicas, el Latín invade todos los días conversaciones y documentos en el mundo entero:  alma mater, alter ego, antebellum, habeas corpus, ignoramus, in extremis, ipso facto, persona non grata, per capita, prima facie, quid pro quo, sui generis, sine die, sub rosa, vice versa, a.m., p.m., R.I.P., et cétera.  La relación podría prolongarse ad infinitum, (…)”

En realidad existen muchas más expresiones latinas de las que pensamos. Aquí han aparecido unas pocas solamente. Nuestra intención es ir desgranando algunas de las más usuales, decir su significado y orientar en su uso.

Existe otro grupo de expresiones, que es el de los "aforismos" o ¿refranes? dichos en latín y que las personas los dicen de vez en cuando sabiendo a lo que se refieren, o, simplemente, para dárselas de cultas, pero que, frecuentemente, mucha gente no sabe lo que significan o a qué se refieren: "alea iacta est", "ave, Caesar, morituri te salutant", carpe diem”, “cogito ergo sum”, etc.

Hemos de buscar la forma de ir introduciendo en la sociedad estos términos de tal manera que su uso pueda llegar a ser el correcto.

He pensado que no estaría de más dedicar un curso (3º o 4º de la Enseñanza Secundaria Obligatoria <E.S.O.>) a conocer todas estas expresiones tan frecuentes en nuestro idioma e incluso en otros, a desentrañar su significado, a comparar sus formas latinas con formas castellanas, a utilizarlas correctamente, a conocer cuándo se utilizan mal, a conocer las citas textuales de los autores, a citarlas y usarlas correctamente, etc.

Volver

 

LOS LATINISMOS
Juan José Alzugaray, Escritor

Artículo publicado en el diario ABC, el día 4 de mayo de 2000

 

 

Al espigar la procedencia idiomática de las voces extranjeras aposentadas en la lengua española, asombra un poco el hallazgo de un selecto ramillete de palabras y locuciones latinas, que impregnan de un suave aroma añejo el docto y culto lenguaje de los científicos, economistas, jurisconsultos, filólogos y otros, y el más popular de los deportistas

 

Hay unos cuantos vocablos latinos que llevan resistiendo varios siglos, muy pegaditos al terreno, con hechuras y aires de rebosar salud y lozanía. Otros han resucitado en los últimos tiempos, merced a la predilección mostrada por intelectuales y técnicos sajones, que los han transplantado, a través de sinuosos y largos vericuetos, a nuestro idioma. Es que quizá estos latinismos poseen un algo especial, como un perfume delicado de flor silvestre, que trasciende al frío lenguaje matemático y financiero, e incita tentadoramente a los tecnócratas a usar de continuo expresiones como ratio, déficit,  superavit, addenda, per cápita, curriculum vitae, ad valorem, memorandum, mientras se reúnen para tratar cualquier tema abstruso en un symposium o en un forum. Todo el mundo sabe que las mayoría de las Juntas Generales de las empresas se celebran en primera o segunda convocatoria, según haya o no quorum. Y así infinidad de ejemplos.

Tampoco los deportistas escapan a esta especie de sortilegio. Los aficionados ciclistas van al stadium a asistir al criterium o al omnium, con la secreta esperanza de que sus ídolos se escapen y no lleguen ex aequo con el pelotón. Este es el quid de la cuestión. Subir al podium. Siempre bajo el lema mens sana in corpore sano. Los médicos no les andan a la zaga. Hablan a troche y moche de fecundación in vitro, delirium tremens, in articulo mortis, in extremis, corpore insepulto, post mortem, tras encontrar el modus operandi apropiado. Alea iacta est. Los catedráticos más renombrados hablan a veces ex cathedra aspiran a la distinción de doctor honoris causa o a la nota de sobresaliente cum laude en su última tesis. Odian los numerus clausus. Al pater familias le corresponde ser senior, y a su hijo, iunior. Los leguleyos, aprovechando que el asunto está sub iudice, manejan el desideratum, los conceptos de facto y de iure, el habeas corpus y el pro indiviso. De paso alcanzan un statu quo con sus colegas, tras superar más de un quid pro quo.

El Papa recibe a los Obispos en sus visitas ad limina en su Sancta Sanctorum del Vaticano. Tiene a más de uno de ellos como futuro cardenal in pectore. Bajan después a la Basílica a escuchar las voces armoniosas de la Schola Cantorum. José María Escrivá es el gloriosos fundador de Opus Dei, per saecula saeculorum. Ora pro nobis. A la clase política no se le dan bien los latines. Apenas si subsiste el referendum.

No hay nada como encontrarse ad libitum, ganar algún premio, aunque sea accesit, recordar con complacencia las cosas buenas acaecidas in illo tempore, olvidarse pronto de las personas non gratas y del reciente ultimátum en cualquiera de los cassus belli del Próximo Oriente.

 Y sobre todo, no sufrir a la vuelta del trabajo un accidente in itinere, al tiempo que uno se regodea de gusto al contemplar a la policía coger a un ladrón in fraganti. Sursum corda. En mi libro Diccionario de extranjerismos, editado en 1985, se censan nada menos que dos mil cuatrocientas voces extranjeras, de las cuales, 104 son latinismos. Claro está que el latinismo no debe ser considerado ni tratado como un rapaz extranjerismo, sino como reliquia venerable de una lengua otrora universal, madre ubérrima de la lengua española y de otras lenguas muy queridas. No nos resistimos de citar, aunque sea de pasada, algunas voces latinas más, de uso frecuente que componen un totum revolutum: ad hoc, alter ego, a posteriori, a priori, ex profeso, factotum, grosso modo, in albis, in mente, in situ, ipso facto, manu militari, maremagnum, motu proprio, peccata minuta, rara avis, sine die, sine qua non, sui gneris, vox populi. Etcetera. Son voces que luchan con denuedo por sobrevivir.

La formación humanística de varias generaciones de técnicos, filólogos y letrados estudiosos, ha producido y fomentado esta supervivencia. Estaba bien visto el darse a los latines. A nadie puede parecer mal utilizar los aderezos maternos para realzar y hermosear nuestras propias galas. Todas estas voces tienen su palabra equivalente española, a veces de escritura muy similar, cual corresponde a hijas bien nacidas. Claro que tampoco conviene abusar.

La tendencia, sin embargo, es a ir menguando esta presencia cotidiana. El latín ha sufrido serios atropellos en los planes de educación secundaria y universitaria. Ya tenemos técnicos, filósofos, filólogos e historiadores, que no saben nada de latín. La Iglesia experimenta un proceso parecido. Las misas ya no se dicen en latín. El pueblo cristiano lo ha olvidado. Hay menos curas. Han desaparecido los monaguillos que soltaban latinajos por doquier. Decididamente, la cosa va a peor. Como post data diremos que un centenar de latinismos pulula a sus anchas por el idioma español, pero el recorte de las enseñanzas de griego y latín en nuestras Humanidades, les está minando el futuro. Nuestras reflexiones tocan por hoy a su fin. Consumatum est.

Comienzo
Página principal Aforismos I Aforismos II Aforismos III Aforismos IV