LA ÉPICA ROMANA

 

1.- CARACTERÍSTICAS DEL GÉNERO, ORÍGENES Y PRECEDENTES.

Se entiende por épica aquellas manifestaciones literarias de carácter narrativo que cuentan con un lenguaje solemne y majestuoso las hazañas legendarias de héroes o los orígenes míticos de un pueblo. La épica surge en las culturas primitivas vinculada con la tradición oral: son composiciones que se transmiten oralmente, generalmente con acompañamiento musical y que no tienen ni un único autor ni un texto fijo. A este estadío pertenecen las dos grandes epopeyas de la India - el Ramayana y el Mahabarhata -, y los poemas homéricos. Precisamente la enorme influencia que ejerce en toda la civilización occidental la cultura griega hace que, a partir de la Iliada y la Odisea, la épica se convierta en un género literario con características bien definidas. Surge de esta forma el poema épico o épica culta, producto de la voluntad de su autor que escoge el tema y utiliza conscientemente los recursos estilísticos a su alcance. A este último tipo de poesía pertenecen todas las obras de carácter épico de la literatura latina. En origen y desarrollo del género épico en Roma podemos observar tres características fundamentales:
a) Influencia homérica.
b) Utilización de la historia nacional como argumento épico.
c) Influencia de la poesía alejandrina

Como ya se ha dicho los dos poemas homéricos son el punto de arranque de toda la épica occidental. En Roma Livio Andrónico, poeta tarentino del siglo III a. de J.C., tradujo, o más bien realizó una versión libre de la Odisea en versos saturnios. Esta obra, que dio a conocer los poemas de Homero en Roma, ejerció una enorme influencia y fue utilizada en las escuelas.
Desde época muy temprana los autores latinos sustituyen los elementos míticos y legendarios por sus propias gestas históricas como tema de sus poemas épicos. Las primeras obras originales de género épico son epopeyas nacionales y, en cierto sentido, así se pueden considerar también los dos grandes poemas épicos que se nos han conservado completos: La Eneida y La Farsalia. El primer poeta que escribe una obra de estas características es Nevio, que a fines del siglo II a. de J.C. publicó con el titulo de Bellum Punicum un poema en versos saturnios sobre la primera guerra púnica en la que había participado personalmente. Entre los poetas que cultivaron el género épico con anterioridad a Virgilio destaca por su importancia Ennio, con quien la épica latina se consolida definitivamente. Su poema Annales es considerada como la epopeya nacional romana hasta la aparición de la Eneida. Era una obra en 18 libros, de los que sólo se conservan fragmentos, sobre la historia de Roma hasta su época. Su importancia en el desarrollo del género es grande, no sólo porque fue el primero en utilizar el hexámetro, verso tomado del griego y del que la épica toma el nombre, sino también porque fue el creador de un lenguaje épico en Roma. Toda la obra de Ennio contiene un sentimiento típicamente romano: un gran amor y admiración por Roma y por las hazañas de sus héroes.
A comienzos del siglo I a. de J.C. se descubre en Roma a los poetas griegos del siglo III que, reunidos en Alejandría, habían creado una poesía mitológica erudita. De la influencia de este tipo de poesía surgen en Roma una serie de poemas narrativos extensos de tema mitológico, escritos en hexámetros. A este tipo pertenecen los "epilios" de los neotéricos y, muy especialmente, las Metamorfosis de Ovidio.
 

2.- VIRGILIO, EL POETA DEL PRINCIPADO.

2.1.- Datos biográficos y perfil humano.
La existencia de tres buenas biografías de Virgilio ponen de evidencia la extraordinaria popularidad y estima de que gozó el poeta en su propia época. La más extensa de estas "vitae" es la escrita por Suetonio y reproducida después por Donnato. Además de estas biografías cercanas en el tiempo al poeta, también el propio Virgilio esparce por sus obras datos personales que nos dan una buena información de primera mano.
Publio Virgilio Marón constituye una de las cimas de la literatura latina, siendo uno de los autores clásicos que ejerció en la literatura posterior una influencia más duradera y permanente. Junto con HORACIO y OVIDIO personifica la edad de oro que para la poesía fue la época de Augusto. Nació en una aldea cercana a Padua en el año 70 a. de J.C. y perteneció a una familia de clase media. Conviene señalar que, igual que ocurre con Livio, Horacio, Ovidio y tantos otros autores latinos importantes, Virgilio no era romano sino italiano, de la ribera del Po, y que, por elección propia pasó gran parte de su vida en la ribera del golfo de Nápoles; por este motivo algunos estudiosos del poeta señalan que en su persona, como en su obra, se realiza la unidad de Italia. Fue educado en Cremona y Mediolanum (Milán), estudiando con posterioridad filosofía y retórica en Roma. Murió en Brindis, el 19 a. de J.C., al regreso de un viaje a Grecia que había realizado para conocer "in situ" los lugares en los que se desarrollaba la Eneida. Fue llevado a Nápoles y enterrado en las afueras de esta ciudad.
Vivió una época de profunda crisis en el mundo romano y asistió a los cambios que supuso el gobierno de Augusto, colaborando activamente y de buen grado en ellos. Aunque era persona de carácter tímido y poco comunicativo, sin embargo estaba muy relacionado con los grupos cercanos a Augusto y con el propio emperador; se sabe que, habiéndose visto afectadas sus tierras familiares por las expropiaciones llevadas a cabo por Augusto para asentar a los veteranos de las guerras contra los asesinos de César, les fueron devueltas o cambiadas por otras gracias a la intervención de Galo y Asinio Polión. Perteneció en un primer momento al "circulo de Polión", trasladándose después al de Mecenas, el gran amigo de Augusto y protector de artistas que colaboró con él en el intento de renovación de las costumbres y tradiciones romanas antiguas. Virgilio, profundamente identificado con los proyectos de Augusto, es el máximo representante de una poesía al servicio de los valores tradicionales de patriotismo y religiosidad que propugnaba el emperador. Aunque Virgilio es conocido gracias a la Eneida, ésta es su última obra. En su juventud estuvo relacionado con el grupo de poetas conocidos como neotéricos y publicó una serie de poemas de gusto alejandrino recogidos en una libro titulado Appendix Vergiliana. Entre los años 42 y el 39 a. de C. escribe la Bucólicas, que son la primera manifestación de la poesía augústea. Son diez composiciones de tema pastoril. Desde el 36 al 29 a. de C. trabajó Virgilio en las Geórgicas. Con este poema pretende apoyar la política de Augusto tendente a restablecer, una vez acabadas las guerras civiles, los modos de vida vinculados a la labor agrícola y a la vida campesina; su intención es proponer como ideal la vida en armonía con la naturaleza, que proporciona paz y contento, aunque no esté exenta de dureza y contratiempos.
Virgilio fue un poeta admirado y reconocido ya en vida; son muchas las anécdotas sobre las manifestaciones espontáneas de cariño y reconocimiento que provocaba su presencia en lugares públicos; gozó de un reconocimiento importante en todas las épocas, y es uno de los autores más influyentes en todos los momentos de la civilización occidental. Su fama se basó en un primer momento en su carácter de poeta épico que había puesto de manifiesto la grandeza de Roma, pero su enorme importancia y su influencia posterior se debe a la perfección técnica de sus versos así como a su profunda humanidad y amor a la naturaleza.
 

2.2.- LA ENEIDA.
 

2.2.1.- Tema y Estructura.
Virgilio dedica los diez últimos años de su vida, del 29 al 19 a. de C.- a escribir la Eneida, un poema épico en hexámetros que iba a eclipsar todas las obras épicas precedentes de escritores romanos e iba a fijar las características del genero para los escritores épicos posteriores. En este poema se ensalza el origen y crecimiento del poder romano. Ciertamente por los años en que Virgilio comienza a escribir la Eneida se producen los hechos centrales que inician el principado de Augusto: Octavio regresa victorioso de Accio, la paz en el imperio es total, se concede el titulo de "Principe" y de "Augusto" a Octavio; en resumen, Roma vive unos momentos de gloria que pudieron inducir al poeta a lanzarse por los caminos de la épica. Al parecer el deseo de Mecenas y del círculo de intelectuales próximo a Augusto era que el poema se hubiera centrado en la figura del propio emperador; el logro de Virgilio fue prescindir de la glorificación personal y unir los destinos de Roma y de Augusto en la glorificación de los orígenes míticos de la ciudad. Para ello se sirve de la leyenda de Eneas, padre mítico de Roma y, al mismo tiempo, antepasado divino de Augusto.
El tema central del poema es, pues, la leyenda de Eneas, el héroe troyano que sobrevivió por mandato de los dioses a la destrucción de Troya y, tras un largo viaje, fundó un asentamiento troyano en Italia. La intencionalidad política de la Eneida es evidente ya en la elección del tema. Escogiendo la leyenda de Eneas como fundador de Roma, Virgilio relacionaba ésta definitivamente con la cultura griega. Por otra parte, se hacía descender "la gens Iulia", a la que Augusto pertenecía, de Iulo, el hijo de Eneas; de esta forma, como según la leyenda Eneas era hijo de la diosa Venus, se establecían unos orígenes divinos para el emperador. Virgilio presentaba así el régimen de Augusto como el heredero natural del glorioso pasado romano: Roma y Augusto quedaban de esta manera identificados de forma mucho más sutil y eficaz.
Como obra literaria la Eneida es un poema de una extraordinaria complejidad. Sin duda Virgilio se inspiró en los poemas homéricos, pero al mismo tiempo, abandonando su primera vinculación con los "poetae novi", se aproxima a la épica arcaica de Ennio y de Nevio, que habían ensalzado a los héroes de su historia nacional mezclando hechos históricos con aspectos legendarios. Virgilio logra unir en el poema el presente y el pasado, la historia y la leyenda con gran habilidad; las hazañas de Augusto y los logros y aspiraciones de su recién nacido Principado aparecen en el poema, no expuestos directamente como materia narrativa, sino en forma de disgresión profética o fabulosa: en el libro I, Jupiter pasa revista a la historia de Roma hasta la época de augusto; en el libro VI la sombra de su padre, Anquises revela a Eneas el destino de Roma como dominadora y civilizadora de pueblos; por último, Virgilio aprovecha el recurso épico a la descripción de las armas, tomado directamente de Homero, para realizar una descripción de la historia de Roma que culmina con la victoria de Accio y el triunfo de Octavio Augusto. La Iliada y la Odisea le sugirieron la composición del poema en dos partes: los seis primeros libros, en los que se narra la peregrinación de Eneas desde la destrucción de Troya hasta su llegada a Italia, recogen el modelo de la Odisea; los otros seis, que recogen las alternativas en la lucha por la conquista de Italia, recuerdan a la Iliada. A la influencia homérica se debe también la presencia de los dioses y sus interferencias en la vida humana.
Por otra parte, Virgilio se mantiene en la Eneida fiel al concepto romano de épica: es un poema nacionalista en el que no sólo Roma sino también Italia forma parte de los acontecimientos. Junto a la maquinaria mitológica, tomada del mundo homérico, aparecen en el poema, tratadas con gran respeto, antiguas creencias y prácticas religiosas, que estaban profundamente ancladas en la tradición romana. Es un poema que enaltece los sentimientos de piedad y religión, rasgos característicos de la antigua Roma y que Augusto intentaba restaurar. Eneas se nos presenta guiado paso a paso por la voluntad de los dioses en su tarea de establecer los "Penates" troyanos en Italia. Virgilio, aún reconociendo su deuda con Homero, supo imprimir a su obra un profundo sello de "romanidad": pretendió reflejar los principios de la restauración religiosa y moral que se estaba realizando durante el Principado de Augusto.
El poema comienza cuando Eneas y sus compañeros llevan ya algunos años vagando en busca de la tierra donde, según el mandato de los dioses, han de fundar una nueva ciudad. Eneas, con los Penates de la destruida Troya, con su padre Anquises y su hijo Ascanio vaga, asistido por su madre Venus, durante mucho tiempo por el mar, cuando una tempestad los arroja a las costas de África. Allí se está levantando Cartago, la futura rival de Roma. Recibido hospitalariamente por la reina Dido, Eneas hace un relato de la destrucción de Troya y de los acontecimientos posteriores. Narra a continuación Virgilio los amores de Eneas y Dido, que se ven obstaculizados por Jupiter, quien recuerda a Eneas la misión encomendada por los "hados"; Eneas parte y Dido se quita la vida. Estos episodios ocupan los primeros cuatro libros y destacan de entre ellos la destrucción de Troya, narrada con tono verdaderamente épico en el libro II, y los amores de Dido y Eneas, que ocupan todo el libro IV de un gran valor dramático y centrado en torno a la figura de Dido, uno de los personajes más logrado del poema. La primera parte del poema termina con el descenso de Eneas al infierno, narrado en el libro VI; allí contempla los espíritus de personas desaparecidas y recibe de su padre Anquises una visión profética sobre sus descendientes. Es éste un libro de una gran belleza formal y dotado, al mismo tiempo, de un importante contenido ideológico y filosófico; en él se exponen las ideas de Virgilio, tomadas del Neoplatonismo, acerca de la vida de ultratumba y de la reencarnación.
Los seis libros siguientes, de mayor contenido narrativo y tono épico, narran la llegada a Italia de Eneas y sus compañeros y sus luchas principalmente con los Rútulos por el dominio de Italia. Destacan en estos libros algunos episodios, como el de Niso y Euríalo (libro IX) de gran valor dramático, el ataque de las amazonas dirigidas por Camila y, muy especialmente, el combate final entre Turno y Eneas que termina con la victoria de este último.


2.2.2.- Lengua y estilo de la Eneida.
Desde el punto de vista de la evolución del género épico, la Eneida se distancia de todos los poemas anteriores: por primera vez en un poema épico se insertan en la narración recursos y tonos literarios dramáticos y líricos. El estilo de la Eneida es nuevo; Virgilio varía el tono del poema según los momentos y alterna con gran naturalidad la solemnidad épica con el lirismo más puro y con momentos de fuerte dramatismo. Probablemente no alcanza la grandeza de Homero, pero construye una obra de gran humanidad; este es el rasgo más característico de Virgilio: el poeta canta al hombre que sufre para obedecer su destino y no al guerrero que combate. En este carácter lírico de la Eneida, que tan bien se adecua al propio carácter del poeta, se observa la influencia del "epilio" alejandrino. Aunque Virgilio imita a Homero y se inspira en él, su concepción de la poesía es ya muy distinta. Homero es el representante paradigmático de una épica primitiva, pensada para ser recitada generalmente con acompañamiento musical; su intención era exclusivamente cautivar y entretener. Virgilio, por su parte, es un poeta erudito: su obra es producto de un intenso estudio de la fuentes y de los modelos tanto griegos como latinos.
Uno de los aspectos más criticados del poema virgiliano es el tratamiento de los personajes, en concreto el de Eneas. Se acusa a Virgilio de crear un personaje excesivamente frío, atento solamente a la voluntad de los dioses y con poca vida. El rasgo más característico de Eneas es la "pietas" y es más un héroe humano que un héroe guerrero como los homéricos. El segundo personaje en importancia es Dido, cuyos amores con Eneas son el centro del libro IV; este personaje está tomado de la tradición épica latina: Nevio ya la había introducido en su poema. Virgilio nos la presenta como una víctima de los dioses. La figura de Dido desmiente a quienes consideran que Virgilio era demasiado blando como para crear caracteres fuertes; es Dido, quizá, la figura más lograda de la Eneida y está llena de fuerza y pasión humana.
La Eneida es una obra de extraordinaria perfección estilística y métrica, aunque su autor pidió en su testamento que se destruyera por considerarla inacabada. A pesar de los deseos del poeta, Augusto dio orden de que se publicara sin añadir nada, por ese motivo encontramos versos incompletos. Virgilio es el creador de un lenguaje poético clásico de extraordinaria perfección formal. Su estilo se caracteriza por la ya comentada variedad de tonos y por la cuidada selección de términos: alterna la utilización de neologismos (términos nuevos) y de arcaísmos que dan solemnidad al texto. Logró además una perfecta adaptación del hexámetro a la lengua latina.
 

3.- OVIDIO, LA MITOLOGÍA COMO ARGUMENTO ÉPICO.


3.1.- Datos biográficos y perfil humano.
Publio Ovidio Nasón es el más joven de los grandes poetas de la época augústea. Nació en Sulmona, en un valle de los Apeninos, en el año 43 a. de C. El propio poeta en alguna de sus obras, concretamente en las Tristias, nos da información sobre su vida. Pertenecía a una familia de orden ecuestre que le dio una sólida formación con la idea de que cultivara la abogacía y participara en la vida pública. Completó su formación en Atenas, Asia Menor y Sicilia. Durante cierto tiempo ejerció algunos cargos oficiales menores, pero abandonó pronto estas ocupaciones para dedicarse por completo a la poesía. Su posición económica desahogada le permitió frecuentar la sociedad elegante de su época.
Un episodio fundamental en la vida de Ovidio es su destierro por orden de Augusto a Tomis, en la orilla del Mar Negro. El propio Ovidio nos habla de su destierro atribuyéndolo a dos causas: "carmen et error". Parece ser que el poema que le pudo costar el destierro fue Ars amatoria, publicado ocho años antes y cuyo contenido era poco acorde con la campaña de moralización de las costumbres propugnada por Augusto. El "error" al que se refiere el poeta se ha relacionado con la familia Julia; según parece, pudo tener alguna relación, aunque no directa, con alguno de los adulterios de Julia la Menor, nieta de Augusto, que también fue desterrada en el año 8 de C. En Tomis, lejos de Roma, el poeta escribió gran parte de su producción lírica y se deshizo en lamentaciones y súplicas para obtener el perdón imperial. Murió en el año 17 después de C., algunos años después de Augusto, sin haber obtenido, ni siquiera de su sucesor, el perdón tantas veces implorado.
Aunque la obra más conocida de Ovidio es el poema narrativo conocido como Metamorfosis, tiene una abundante producción lírica que será objeto de estudio en otro momento.


3.2.- Las METAMORFOSIS.

3.2.1.- Características de las Metamorfosis como poema épico
Las Metamorfosis es el segundo gran poema épico de la época augústea y la obra cumbre de Ovidio. Su carácter es totalmente distinto al de la Eneida y al de todos los poemas épicos anteriores. El poema de Ovidio es un poema mitológico erudito, subgénero épico que popularizaron los poetas alejandrinos y que, con anterioridad a Ovidio, cultivaron algunos poetas neotéricos que compusieron lo que se conoce con el nombre de "epilios". Ovidio, que se sabía reconocido en el campo de la poesía lírica, era consciente también de que, para obtener fama imperecedera, debía intentar el camino de la épica, el género poético por antonomasia. Sabiendo que los temas épicos tradicionales habían alcanzado la perfección con la obra de Virgilio, convertida ya en su época en un clásico, se vuelve hacia la mitología que le ofrecía una variedad y riqueza muy acorde con sus gustos y aptitudes. Es un poema de madurez, iniciado poco antes de su marcha al exilio y que, a pesar de su extraordinaria perfección, el poeta consideró inacabado, y así lo hizo constar en las Tristes:
                                  Nec tamen illa legi poterunt patienter ab ullo,
                                  nesciet his summam si quis abesse manum,.
                                  ablatum mediis opus est incudibus illud
                                  defuit et scriptis ultima lima meis
[ ":Y sin embargo no podrían ser leídos sosegadamente por nadie si se ignorara que a éstos les falta la mano definitiva; esa obra fue arrancada del medio del yunque y les faltó a mis escritos la última lima" Trist. [7, 27-30 ]
El tema de los cambios de formas como argumento poético no era nuevo en la literatura;
como hechos episódicos están presentes en la Iliada y en la Odisea. A partir del siglo III a. de C. comenzaron a circular por los ambientes alejandrinos colecciones de leyendas que incluían algún tipo de cambio de formas, entre las que podemos citar los Heteroeumena o Transformaciones de Nicadro de Colofón y unas Metamorfosis de Partenio de Nicea. La novedad del poema de Ovidio consiste en engarzar una serie de metamorfosis en una obra extensísima contemplada como un conjunto y no como una suma de mitos.
Las Metamorfosis de Ovidio, que narran en quince libros más de doscientos cincuenta mitos que tienen como hilo conductor el hecho de que en todos ellos se produce un cambio de forma, plantean una serie de problemas estrechamente relacionados entre sí y de no fácil solución sobre la naturaleza del poema, el género al que pertenece y su contenido.
El propio poeta en los cuatro versos que sirven de proemio a la obra nos informa acerca del contenido de la misma y de la forma elegida para contarlo. El contenido del poema queda claramente expresado: se propone exponer -nótese que no se usa el verbo canere [cantar], característico de la épica heroica -las transformaciones de los cuerpos en formas nuevas". Queda pues ya definido desde el primer verso una de las características más importante del poema ovidiano: la falta de unidad temática. Las Metamorfosis no tienen un tema único, sino que son una serie de historias hábilmente unidas, según decía Quintiliano, con "la apariencia de un sólo cuerpo" ( "in speciem unius corporis"). Pero a continuación afirma que se propone escribir un "carmen perpetuum", es decir una obra "sin interrupción"; lo que quiere decir que, si bien no hay unidad temática, si existe una continuidad entre las historias narradas. Efectivamente, el ambicioso proyecto inicial era narrar de forma coherente y cronológica desde la creación del mundo hasta Julio César, pasando por episodios importantes de la historia de Roma. El poema se cierra con la transformación de Julio César en estrella. Así pues la cronología, que referida a los mitos se ha de entender forzosamente de forma amplia, da a la obra la continuidad que el poeta desea.
Todo lo anteriormente dicho sobre el contenido y la naturaleza del poema nos conduce a la pregunta de si hemos de considerar las Metamorfosis un poema épico o no. Tanto la intención del poeta de escribir un "carmen perpetuum" como la utilización del hexámetro, verso épico por excelencia, indica su deseo de escribir una obra de tono épico; además encontramos en las Metamorfosis algunas recursos típicos de la poesía épica como escenas de batallas, símiles, catálogos,disgresiones, etc.; también un análisis del léxico revela que en general es más elevado que el utilizado en sus restantes obras.
Pese a todo lo que acabamos de reflejar, también se pueden aducir datos en contra de considerar las Metamorfosis un poema épico o, al menos, un poema épico convencional. Lo que más aleja al poema de la épica tradicional es la ya comentada falta de unidad temática: la impresión primera que se obtiene de la lectura del poema es la de una absoluta variedad, un cambio incesante, totalmente alejado de la serenidad y la quietud de la Eneida. Esta variedad se extiende también a los tonos o registros poéticos empleados: se mezclan en las Metamorfosis de forma magistral pasajes de tono épico con otros bucólicos, líricos e, incluso, dramáticos. Podríamos decir que todos los géneros poéticos aparecen representados en la obra de Ovidio. Por todo ello podríamos concluir que las Metamorfosis es una obra épica muy especial, un poema épico "sui generis" cuya variado argumento mitológico permite a Ovidio explorar, como había hecho en otras obras anteriores, la conducta humana sometida a tensión; es un poema de las emociones, siendo la dominante el amor.
Las Metamorfosis no es una obra comprometida, ni tiene una intencionalidad política como la Eneida. Ovidio escribe un poema superficial y frívolo que sólo pretende sorprender, divertir y distraer. Siendo el más joven de los poetas de la época augústea, no vivió la época de las grandes guerras civiles y la obra pacificadora de Augusto no le inspira sino indiferencia. En ningún momento se observa en su obra la identificación con los planes del "princeps" que hemos visto en Virgilio y que también se puede ver en Horacio. No hay en la obra ni los ideales patrióticos ni la finalidad ético-religiosa, que están en la base de la épica nacional romana, porque eran algo ajeno a la propia conciencia del poeta.


3.2.2.- Estilo y pervivencia de Ovidio.
Desde un punto de vista formal, la perfección técnica de Ovidio se pone de manifiesto en que logra trabar íntimamente las historias entre sí por procedimientos de oposición y contraste tomados de la poesía alejandrina.
Aunque en forma y estilo respeta el esquema de la poesía épica tradicional (utilización del hexámetro, amores de dioses y hombres, fórmulas, epítetos, frases solemnes...), sin embargo hay rasgos que lo hacen radicalmente distinto. Ovidio frivoliza y trata en términos humorísticos los elementos más característicos de la poesía heroica. Los dioses de Ovidio aparecen dibujados con ironía y frivolidad; carecen de la majestad de los dioses de Virgilio y de Hornero y están profundamente humanizados.
De nuevo, al analizar el estilo de las Metamorfosis, nos llama la atención su extraordinaria variedad: Ovidio es un narrador excepcional con gran cantidad de registros diferentes. El poema está en continuo movimiento y los tonos se adaptan a los distintos episodios narrados: Su estilo es muy barroco y está muy alejado del clasicismo virgiliano. Abandona los arcaísmos e introduce innovaciones tanto en el plano léxico como en las construcciones sintácticas.
Ovidio era sobre todo un gran versificador, al que el verso le salía, según sus propias palabras, de forma espontánea: et quod temptabam scribere versus erat ["lo que empezaba a escribir me salía verso" Tristes IV, l0,26]. Sus hexámetros, a los que mantuvo dentro de los cánones virgilianos, son de una extraordinaria perfección. Mantuvo también el período poético virgiliano, que no solía exceder de los cuatro versos.
A la belleza formal de sus versos se debe la influencia que ejerció sobre casi todos los poetas latinos que lo siguieron: Lucano, Silio Itálico, Estacio y, sobre todo, Marcial. Durante la Edad Media fue uno de los autores más admirados, pudiendo hablarse en los siglos XII y XIII de una "aetas ovidiana " favorecida por el gusto por las interpretaciones alegóricas de los mitos clásicos. Gran importancia en la transmisión y pervivencia de las Metamorfosis tuvieron las traducciones moralizadas de las mismas, como el Ovidio moralizado, que tuvieron gran difusión. La lista de los autores que reciben la influencia de Ovidio sería interminable, entre ellos se encuentran Dante, Petrarca, Boccacio, Racine, Corneille, Shakespeare, Cervantes, Calderón de la Barca... La influencia de las Metamorfosis en la cultura occidental se extiende más allá del campo estrictamente literario, las artes plásticas han encontrado en la obra de Ovidio una fuente continua de inspiración y el más completo y colorido catálogo de mitos clásicos. Este rapidísimo repaso a la influencia de las Metamorfosis a lo largo del tiempo, pone de manifiesto que el autor había acertado al depositar en esta obra sus esperanzas de inmortalidad, y que se ven perfectamente cumplidos los presentimientos y deseos plasmados en los hermosísimos versos con los que cierra el poema:
                                  parte tamen meliore mei super alta perennis
                                  astra fera¡; nomenque erit indelebile nostrum,
                                  quaque patet domitis Romana potentia terris.
                                  Ore legar populi perque omnia saecula fama,
                                  siquid habent veri vatum presagia, vivam
[ " pero en la mejor parte de mí yo viajaré inmortal por encima de los astros de las alturas, y mi nombre será indestructible, y por donde se extiende el poder de Roma sobre la tierra subyugada, la gente me leerá de viva voz, y gracias a la fama, si algo de verídico tienen los presentimientos de los poetas, viviré por todos los siglos " Metamorfosis,X,875-879]
 

4.- LUCANO O LA ÉPICA ANTICLÁSICA.

4.1.- Datos biográficos y perfil humano.
El poeta de origen español Lucano protagoniza hacia mediados del siglo I de nuestra era el único intento de renovar la épica, apartándose de forma consciente e incluso oponiéndose activamente a la concepción épica virgiliana, considerada clásica y que ejercía una influencia total sobre los poetas épicos posteriores. Lucano es el representante en el campo de la épica de un estilo nuevo, anticlásico y vinculado al movimiento estoico que, de la mano de Séneca el Filósofo, se impone en los primeros años del reinado de Nerón.
Marco Anneo Lucano era hijo de Anneo Mela, hermano menor de Séneca el Filósofo con quien el poeta mantuvo una estrechísima relación y al que probablemente debe su inclinación por el estoicismo. Nació en Córdoba en el 39 d. de C., aunque fue llevado casi inmediatamente a Roma donde recibió una esmerada educación. Estudió filosofía con el estoico Cornuto, completando su formación, como era frecuente entre las familias distinguidas, con una estancia en Atenas. Gozó en sus primeros años de la amistad del emperador Nerón que lo admitió en su círculo. Esta situación varió años más tarde por razones que no se conocen exactamente, pero a las que no parecen ser ajenos los celos de Nerón ante el talento poético de Lucano y su éxito literario. Lo cierto es que a partir de un determinado momento se le prohibió escribir poesía y el ejercicio de la abogacía en los tribunales. Acusado de participar en la conjura de Pisón fue finalmente obligado a suicidarse, igual que su tío Séneca, en el 65 d. de C, a la temprana edad de 26 años. Lucano fue un autor muy precoz y extraordinariamente prolífico; sólo conservamos completo un poema épico-histórico, la Farsalia, pero nos han llegado los títulos así como noticias diversas de otras catorce obras, entre las que figuran obras dramáticas, discursos, sátiras y poemas varios.

4.2.- La FARSALIA.

4.2.1.- Composición y estructura del poema.
La única obra de Lucano que se nos ha conservado es la Farsalia, poema épico-histórico en hexámetros que tiene como tema la guerra civil entre César y Pompeyo, representante del partido republicano. La obra se compone de diez libros, aunque parece ser que Lucano tenía pensado escribir doce. El poema está inconcluso y su redacción se vio interrumpida en el libro X por la muerte de su autor. Tampoco tenemos información sobre con qué acontecimiento histórico debía terminar, aunque la idea más extendida es que pretendía finalizar el poema con la muerte de César. De hecho la obra sólo llega hasta la guerra de Alejandría y todo lo demás pertenece al campo de las conjeturas. Generalmente se piensa que el poema fue compuesto en dos períodos distintos. Los tres primeros libros los escribiría Lucano antes de su enfrentamiento con Nerón, y tratan de los comienzos de la guerra civil de un modo relativamente favorable a César; en los siete libros restantes, publicados después de la muerte de su autor, predomina un intenso republicanismo.
El poema de Lucano presenta varios problemas a la crítica; el primero de ellos es el de título del mismo. Parece ser que el titulo originario y el que aparece en los manuscritos más antiguos era Belli civilis libri y que el nombre de Farsalia, con el que se la designa habitualmente, se debe a una interpretación, al parecer errónea, del siguiente verso del poema: "Pharsalia nostra vivet" (nuestra Farsalia vivirá, Phars. 9,985).
Problema también muy debatido es el género -historia, retórica o poesía-, al que se debe adscribir la Farsalia. Es éste un problema estrechamente vinculado al tema elegido por el poeta para su poema, uno de los aspectos en los que Lucano resulta profundamente innovador. La elección de un tema histórico reciente contradice abiertamente no ya el paradigma de poesía épica fijado por Homero y Virgilio, sino también los principios teóricos enunciados por Aristóteles acerca de la épica; según el filósofo griego en la epopeya era necesario narrar hechos universales, atemporales, que pudieran haber ocurrido, pero no hechos ocurridos realmente. Según esta concepción, el poema de Lucano no sería épica sino historia versificada; ésta es la opinión que expresa Petronio en el Satiricón y que sostienen la mayor parte de los partidarios del clasicismo. Por otra parte el tono declamatorio, sentencioso y retórico de la obra hace decir a Quintiliano sólo unos años más tarde que Lucano "debe ser imitado más por los oradores que por los poetas". Se puede considerar a Lucano un historiador épico y filosófico, que utiliza el tema histórico no como un pretexto sino como un vehículo de sus ideas y de su arte.
Desde el comienzo del poema, Lucano rompe abiertamente con las convenciones que para el género épico estaban fijadas desde Homero. En este sentido es significativo su renuncia a invocar a las Musas, a Apolo o a cualquier otra divinidad helénica. Niega así la necesidad de modelos griegos para un poema que él considera específicamente romano. Rompiendo de esta manera con la épica heroica, se vincula con una cierta épica italiana menos conocida que, a la manera de Nevio, extraía sus temas de la historia reciente de los pueblos de la península. A esta tradición italiana debe Lucano toda una serie de elementos fantásticos y maravillosos como sueños proféticos, escenas de migromancia, augurios y prodigios que pueblan la Farsalia.
En general la obra es anticlásica. Las características especiales de la Farsalia que hacen de ella un poema épico revolucionario son las siguientes:
a) El ya comentado cambio temático. El poema es exclusivamente histórico. Renuncia a, los elementos míticos tradicionales. La idea que domina el poema, muy cercana al pensamiento estoico, es que el propio pueblo romano ha conducido a Roma a su situación de decadencia con la corrupción y las discordias civiles.
b) La ausencia de dioses y de aparato mitológico. Lucano destierra completamente a los dioses de su obra. Estos no tienen ninguna incidencia en el desarrollo de la acción. En el centro del poema está el hombre responsable único de sus actos. El "fatum" (destino) de los estoicos hereda parte de las funciones atribuidas a los dioses en la épica tradicional.
c) Al no poder explicarse los acontecimientos por intervención divina, los hechos se explican de forma racional. Las causas de la guerra civil, por ejemplo, fueron minuciosamente analizadas.
d) Por último, también rompe la tradición virgiliana el hecho de que la Farsalia no tenga un héroe unívoco. Hay tres figuras en la obra con entidad suficiente para ser considerados héroes: César, Pompeyo y Catón; pero Lucano no se inclina con claridad por ninguno de ellos, aunque parece que sus simpatías están del lado de Catón; hay autores que se inclinan por considerar que el héroe del poema es alguna de estas personificaciones abstractas como la Libertad o el Destino.
En su conjunto es una obra más trágica que la Eneida, porque sus personajes, determinados por la Fatalidad, tienen poco campo de actuación; pero, al mismo tiempo, es menos humana, porque en ella hay poca ternura y piedad, cualidades que sí tenían una fuerte presencia en el poema virgiliano.


4.2.2.- El estilo de Lucano.
Lucano es un representante de los gustos anticlásicos de la época neroniana y, tanto en el contenido como en la forma, intenta iniciar un nuevo camino para la épica, alejándose del modelo establecido por Virgilio y que nadie osaba cuestionar. Lucano inicia un camino verdaderamente revolucionario. El primer rasgo que destaca en su obra, como ya hemos comentado, es el uso y abuso del tono retórico, que se manifiesta con diversos procedimientos: amplificaciones, repetición de ideas, aliteraciones, quiasmos, etc. Utiliza con frecuencia descripciones coloristas y discursos artísticamente elaborados, así como sentencias y frases lapidarias que se han convertido en citas célebres. Era excesivamente enfático y colorista, pero poseía cualidades como poeta que se ponen de manifiesto cuando se olvida de la filosofía y logra moderar su tendencia a enfatizar; sus hexámetros se suceden entonces fluidos y armoniosos.

(Editorial "La Ñ")