Anacreonte, Apolonio de Rodas, Esquilo, Eurípides, Hesíodo, Homero, Píndaro, Safo, Sófocles, Teócrito,
Anacreonte nació en 572 a.C., en Teos, Asia Menor (actualmente Sigacik, Turquía) y murió en 488 a. C. Poeta lírico griego. Pasó la mayor parte de su vida en Samos, Atenas, y Tesalia. Anacreonte se hizo conocido por sus sátiras y poemas breves, que han proporcionado el nombre de "anacreónticas" a los tipos similares de poesía. Sólo se han conservado unos pocos fragmentos de su obra. En general se trata de canciones ligeras de amor y vino, notables por su simplicidad y claridad de expresión.
Nació en 295 a.C. en Alejandría (Egipto) y murió en 230 a.C. A diferencia de su maestro, Calímaco, que prefirió el poema breve de estilo artificial y culto, Apolonio escribió poemas extensos en el estilo directo de Homero. Su obra épica, el poema Las argonáuticas, basado en la leyenda de los Argonautas, es la obra más significativa de Apolonio y la única existente, y constituyó una importante fuente de inspiración para Virgilio cuando escribió la Eneida. Además de esta obra escribió poemas sobre el origen de algunas ciudades, la mayoría de los cuales no se han conservado.
Esquilo (525-456 a.C.), dramaturgo griego nacido en Eleusis, cerca de Atenas,
fue el primero de los grandes trágicos de esta ciudad. En cuanto predecesor de
Sófocles y de Eurípides, es el fundador de la tragedia griega.
Combatió
contra los persas en Maratón, el 490 a.C., en Salamina, el 480 a.C., y
posiblemente, en Platea, el año siguiente. Hizo al menos dos viajes, puede que
tres, a Sicilia, y allí murió, en Gela, durante su última visita. Posteriormente
se erigiría en este lugar un monumento en memoria suya.
Se ha dicho que
Esquilo escribió unas noventa obras. Sus tragedias, representadas por primera
vez el 500 a.C., se ofrecían como trilogías, o grupos de tres, unidas
habitualmente por un asunto común, y cada trilogía venía seguida por un drama
satírico (una comedia vulgar en la que intervenía un héroe mitológico, con un
coro de sátiros). Se conocen los títulos de 79 de sus obras teatrales, pero sólo
han sobrevivido siete. La más antigua Las suplicantes, un drama con poca
acción pero con muchas canciones corales de gran belleza; se cree que es la
primera obra de una trilogía sobre el matrimonio de las cincuenta hijas de
Dánao, que incluía las obras Los egipcios y Las danaides. Los
persas, presentada el 472 a.C., es una tragedia histórica sobre la batalla
de Salamina, y la acción tiene lugar en Persia, en la corte de la madre del rey
Jerjes I.
Los siete contra Tebas, presentada el 467 a.C.,
se basa en una leyenda tebana: el conflicto entre los dos hijos de Edipo,
Eteocles, y Polinices, por el trono de Tebas. Se cree que es la tercera obra de
una trilogía, y que las dos primeras son Layo y Edipo. Prometeo
encadenado, una obra de fecha incierta, retrata el castigo del rebelde
Prometeo por parte de Zeus.
Probablemente sea la primera obra de una trilogía prometeica, cuyas otras dos
serían Prometeo desencadenado y Prometeo el que trae el anillo.
Las tres obras restantes, Agamenón, Las coeforas y Las
euménides (Las furias), presentadas el 458 a.C., forman la trilogía
conocida como la Orestiada, o historia de Orestes. En
Agamenón, una de las más grandes obras de la literatura dramática, el rey
Agamenón regresa al hogar desde Troya
y es asesinado a traición por su infiel esposa Clitemnestra. En la segunda obra,
Orestes, hijo de Agamenón, regresa a Argos y venga la muerte de su padre
asesinando a su madre y a su amante Egisto. Este matricidio es castigado por las
vengadoras divinidades, las erinias. En Las euménides, las erinias
persiguen a Orestes hasta que éste queda limpio de su sangre culpable y le
declara inocente el antiguo tribunal del Areópago gracias a la intercesión de Atenea,
diosa de la sabiduría.
Al introducir un segundo actor en la obra, Esquilo
creó el diálogo dramático. También desarrolló la representación del drama, al
introducir el vestuario y los decorados. Los argumentos de sus obras son
profundos, referidos al mito, la religión y la pasión, y encuentran expresión en
un lenguaje muy poético. La Orestiada, probablemente su obra más madura,
proporciona una intensa visión de sus conceptos de justicia y piedad y de su
creencia en una voluntad divina con ayuda de la cual la humanidad puede alcanzar
la sabiduría a través del sufrimiento.
Eurípides (c. 480-406 a.C.), dramaturgo griego, el tercero junto con
Esquilo y Sófocles de los tres grandes poetas trágicos de Ática. Su obra,
enormemente popular en su época, ejerció una influencia notable en el teatro
romano. Posteriormente su influencia se advierte en el teatro del renacimiento
como en los dramaturgos franceses Pierre Corneille y Jean Baptiste Racine. Según
la tradición, Eurípides nació en Salamina, un 23 de septiembre probablemente del
año 480 a.C., el día de la gran batalla naval entre los griegos y los persas.
Sus padres, según afirman ciertos expertos, pertenecían a la nobleza; en opinión
de otros, sin embargo, eran de origen humilde. Su hijo, en cualquier caso,
recibió una esmerada educación. Las obras de Eurípides comenzaron a
representarse en los festivales dramáticos de Ática durante el año 454 a.C.,
pero hasta el año 442 a.C. el autor no obtuvo el primer premio. Esta distinción,
pese a su prolífico talento, no recayó sobre él más que en cuatro ocasiones.
Además de sus escritos se interesó muy especialmente por la filosofía y la
ciencia.
Si bien Eurípides no se identificó personalmente con una
determinada escuela filosófica, recibió la influencia de los sofistas y de
filósofos como Protágoras, Anaxágoras y Sócrates. Fue un hombre austero, y se
consideraba incomprendido por sus contemporáneos, conclusión que, por lo demás,
no carece de fundamento, pues fue frecuentemente objeto de ataques por parte de
los escritores atenienses de comedia: Aristófanes lanzó contra él una sátira en
Las ranas (405 a.C.). Las obras de Eurípides eran criticadas por su
carácter anticonvencional, por sus diálogos naturales (sus héroes y príncipes
hablaban un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y
religiosos tradicionales. A pesar de todo, sus obras se hicieron famosas en toda
Grecia. Al final de su vida abandonó Atenas
y se instaló en Macedonia.
Hesíodo (siglo VIII a.C.), poeta griego que ocupa un lugar de excepción en la
literatura griega, tanto por sus preceptos morales como por su estilo coloquial.
Hesíodo nació en Ascra, Beocia (hoy Palaioppanagia). Tras la muerte de su
padre se estableció en Naupaktos. Allí pasó su juventud, cuidando de un rebaño
de ovejas y realizando las tareas propias de un campesino. Se sabe muy poco
acerca de su vida, salvo lo que el propio autor deja entrever en su obra. Los
especialistas modernos lo sitúan en el periodo homérico de la literatura griega.
Su primera obra, Los trabajos y los días, es el primer ejemplo de poesía
didáctica, destinada a instruir más que a entretener. Esta obra relata las
experiencias de Hesíodo durante su época de campesino, y está salpicada de
episodios alegóricos y fábulas. En un estilo sencillo y moralizante, Hesíodo
subraya la importancia del trabajo y la rectitud. Ofrece consejos prácticos
sobre cómo vivir, al tiempo que proporciona recetas y normas agrícolas, e
incluye un calendario religioso con los días favorables y desfavorables para
ciertas tareas del campo. El tema principal de la obra es la decadencia moral.
Hesíodo relata la historia del mundo en cinco etapas, desde la edad de oro hasta
la edad del hierro, que él considera dominada por el mal.
También se
atribuye a Hesíodo la autoría de la Teogonía, o nacimiento de los dioses,
un poema en el que el amplio y amorfo corpus de los mitos griegos queda
sistematizado y ampliado hasta incluir nuevas divinidades desconocidas en los
poemas homéricos. La Teogonía narra la creación del mundo a partir del
caos, el nacimiento de los dioses y sus hazañas. La última parte contiene una
lista de las hijas de Zeus, padre de los dioses, así como de mujeres mortales.
Esta lista es la introducción a un poema perdido, Catálogo de las
mujeres, que narra las hazañas de los héroes nacidos de mujeres mortales. De
su obra restante no quedan más que títulos y fragmentos, muchos de los cuales se
atribuyen por los expertos a imitadores de Hesíodo, y que hoy se conoce como la
escuela hesiódica. En este grupo se incluyen el poema didáctico ‘Consejos de
Quirón’; el poema genealógico ‘Grandes eras’; y los poemas míticos
‘Boda de Ceix’ y ‘Descenso de Teseo a
los infiernos’.
Homero, nombre tradicionalmente asignado al famoso autor de la Iliada y la Odisea, las dos grandes epopeyas de la antigüedad griega. Nada se sabe de su persona (algunos creen que fue un bardo ciego de Quíos, una isla griega), y de hecho algunos ponen en duda que sean de él estas dos obras. Sin embargo, los datos lingüísticos e históricos de que se dispone, permiten suponer que los poemas fueron escritos en los asentamientos griegos de la costa oeste de Asia Menor, hacia el siglo IX a.C.
a) La Iliada
:Las dos epopeyas narran hechos
legendarios que supuestamente ocurrieron muchos siglos antes de la época en que
fueron escritas. La Iliada se sitúa en el último año de la guerra de
Troya, que constituye el telón de fondo de su trama. Narra la historia de la
cólera del héroe griego Aquiles. Insultado por su comandante en jefe, Agamenón,
el joven guerrero Aquiles se retira de la batalla, abandonando a su suerte a sus
compatriotas griegos, que sufren terribles derrotas a manos de los troyanos.
Aquiles rechaza todos los intentos de reconciliación por parte de los griegos,
aunque finalmente cede en cierto modo al permitir a su compañero Patroclo
ponerse a la cabeza de sus tropas. Patroclo muere en el combate, y Aquiles,
presa de furia y rencor, dirige su odio hacia los troyanos, a cuyo líder, Héctor
(hijo del rey Príamo), derrota en combate singular. El poema concluye cuando
Aquiles entrega el cadáver de Héctor a Príamo, para que éste lo entierre,
reconociendo así cierta afinidad con el rey troyano, puesto que ambos deben
enfrentarse a la tragedia de la muerte y el luto.
b) La Odisea:
La Odisea narra el regreso del
héroe griego Odiseo
(Ulises en la tradición latina) de la guerra de Troya. En las escenas iniciales
se relata el desorden en que ha quedado sumida la casa de Odiseo tras su larga
ausencia. Un grupo de pretendientes de su esposa Penélope está acabando con sus
propiedades. A continuación, la historia se centra en el propio héroe. El relato
abarca sus diez años de viajes, en el curso de los cuales se enfrenta a diversos
peligros, como el cíclope devorador de hombres, Polifemo, y a amenazas tan
sutiles como la que representa la diosa Calipso, que le promete la inmortalidad
si renuncia a volver a casa. La segunda mitad del poema comienza con la llegada
de Odiseo a su isla natal, Ítaca. Aquí, haciendo gala de una sangre fría y una
paciencia infinitas, pone a prueba la lealtad de sus sirvientes, trama y lleva a
efecto una sangrienta venganza contra los pretendientes de Penélope, y se reúne
de nuevo con su hijo, su esposa y su anciano padre.
c) Épica:
Estas dos epopeyas están escritas en un verso
formal y elevado, en un lenguaje jamás empleado en la lengua normal; su métrica
es el hexámetro dactílico. Es imposible establecer una distinción entre estas
dos obras en el aspecto estilístico. Sin embargo, resulta fácil comprender por
qué, desde la antigüedad, muchos lectores las han atribuido a dos autores
diferentes. La Iliada habla de las pasiones y plantea dilemas imposibles
de resolver. No hay en ella auténticos villanos; Aquiles, Agamenón, Príamo y los
demás personajes son víctimas de un universo trágico y cruel. En La
Odisea, por el contrario, el mal es derrotado, triunfa la justicia y la
familia, tristemente separada, se reúne de nuevo. La astucia racional,
particularmente la de Odiseo, actúa como fuerza motriz a través de todo el
relato.
d) Influencia:
Homero es, de manera directa, el padre de toda
la literatura griega posterior: el teatro, la historiografía e incluso la
filosofía, llevan la huella de los temas, cómicos y trágicos, planteados en
estas epopeyas, así como de las técnicas homéricas. Para los últimos poetas
épicos de la literatura occidental Homero ha sido siempre el maestro
indiscutible (aun cuando, como en el caso de Dante, no conocieran sus obras
directamente). Pero curiosamente, para sus más notables seguidores, la obra de
Homero fue tanto modelo como objetivo. Así por ejemplo, La Eneida de
Virgilio viene a refutar el sistema individualista de valores de la épica
homérica; y en las escenas más homéricas de El paraíso perdido, del poeta
inglés John Milton, las estrofas que describen la batalla en el cielo, son
esencialmente cómicas. En lo que respecta a la novela, Don Quijote de La
Mancha (1605), de Miguel de Cervantes, o Ulises (1922) del irlandés
James Joyce, cuanto más homéricas son más tienden a la parodia y la burla de la
épica. Lo cierto es que desde los tiempos de Homero, ningún autor ha logrado
reunir su genio épico y su erudición.
Píndaro (518-438 a.C.), poeta griego, generalmente considerado como el mayor poeta lírico de la literatura griega.
Nació en Lesbos, probablemente en Mitilene en 650 a.C y murió en 580 a.C.,
aunque no son datos seguros. Era una poeta lírica griega cuya fama hizo que
Platón se refiriera a ella dos siglos después de su muerte como la décima musa.
Aunque no se sabe mucho acerca de su vida, perteneció al parecer a una familia
noble y fue contemporánea del poeta lírico Alceo, de quien se supone fue su
amante, y de Stesichorus. También se dice que se casó con un hombre rico de la
isla de Andros y que tuvo una hija llamada Cleis. Otra leyenda, que no merece
credibilidad alguna, sostiene que, tras ser rechazada por el joven marino Faón,
se arrojó desde un acantilado en Léucade (una isla de la costa occidental de
Grecia). En sus poemas de última época se describe a sí misma como una anciana
que goza de una vida tranquila, pobre, en armonía con la naturaleza.
Intervino en las luchas políticas de Lesbos, atacando con sus versos al
tirano Pítaco y a los demócratas de su partido; según la Crónica de Paros,
desterrada marchó a Sicilia en 593 a.C. Al regresar a su patria fundó una
escuela literaria, en la que se enseñaba también gimnasia, música y danza; las
mejores familias educaron allí a sus hijas. Los cómicos de los siglos V y IV son
responsables de la leyenda que atribuye a Safo prácticas homosexuales.
Los
fragmentos que hoy conservamos de sus poemas indican que Safo enseñó su arte a
un grupo de mujeres jóvenes, con las que mantuvo una estrecha relación y para
las que compuso sus odas nupciales cuando la abandonaron para casarse. El poeta
Anacreonte (mediados del siglo VI a.C., es decir, una generación posterior a
Safo), afirmaba, en referencia a este grupo, que Safo sentía un amor sexual por
las mujeres; de ahí proceden los términos lesbianismo y safismo, que aluden a la
homosexualidad femenina.
Safo escribió nueve libros de odas, epitalamios o
canciones nupciales, elegías e himnos, pero apenas se conservan algunos
fragmentos de todos ellos. Entre estos destaca la Oda a Afrodita, citada por el
erudito Dionisio de Halicarnaso en el siglo I a.C. En el siglo XX se descubrió
un papiro con nuevos fragmentos de sus poemas.
Su poesía gozó de gran
predicamento en la antigüedad: la citaron más de cien autores, en particular
Teócrito; en la época alejandrina proliferaron las ediciones, estudios y
comentarios de sus poesías; sus versos, recitados en público, fueron imitados y
traducidos por Catulo, Horacio y Ovidio. La poesía de Safo se caracteriza por la
exquisita belleza de su dicción, su perfección formal, su intensidad y su
emoción. Compuso nueve libros de poesías, pero sólo se conservan unos 650
versos. Los poemas más bellos son los consagrados al amor, pero cantó también la
hermosura de la naturaleza y compuso himnos nupciales. Su profundo conocimiento
de la música y de la danza le permitió crear ritmos y metros nuevos: la estrofa
u oda sáfica (tres endecasílabos y un adónico final de cinco sílabas). Escribió
en el dialecto de su isla, y rara vez imitó a sus predecesores sino que se
inspiró en el tesoro popular de Lesbos.
Teócrito nació en 310 a.C. y murió en 250 a.C. Autor de poesía pastoril. Se
sabe que nació en Siracusa, Sicilia, y que pasó su vida en la isla de Cos, así
como en la corte del rey egipcio Tolomeo II, en Alejandría, donde fue miembro de
la pléyade de poetas alejandrinos. De su obra se conservan treinta idilios y
veinticuatro epigramas breves, si bien ciertos eruditos cuestionan la autoría de
algunos de ellos. Diez de los idilios son de tema pastoril. Otros hablan de la
vida en la ciudad y de temas mitológicos. Teócrito fue un literato de gran
talento, y su estilo es vivo y elegante. Entre otros poetas griegos, fue imitado
por Mosco y Bión, aunque su más notable sucesor fue el poeta romano Virgilio,
que introdujo en sus Églogas la forma pastoril en la poesía latina.
Sófocles nació en Colono Hípico (hoy parte de Atenas)
alrededor del año 496 a.C. Hijo de Sofilo, un acomodado fabricante de armaduras,
Sófocles recibió la mejor educación aristocrática tradicional. De joven fue
llamado a dirigir el coro de muchachos para celebrar la victoria naval de
Salamina en el año 480 a.C. En el 468 a.C., a la edad de 28 años, derrotó a
Esquilo, cuya preeminencia como poeta trágico había sido indiscutible hasta
entonces, en el curso de un concurso dramático. En el 441 a.C. fue derrotado a
su vez por Eurípides en uno de los concursos dramáticos que se celebraban
anualmente en Atenas.
Sin embargo, a partir del 468 a.C., Sófocles ganó el primer premio en veinte
ocasiones, y obtuvo en muchas otras el segundo. Su vida, que concluyó en el año
406 a.C., cuando el escritor contaba casi noventa años, coincidió con el periodo
de esplendor de Atenas. Entre sus amigos figuran el historiador Herodoto y el
estadista Pericles. Pese a no comprometerse activamente en la vida política y
carecer de aspiraciones militares, fue elegido por los atenienses en dos
ocasiones para desempeñar una importante función militar.
a) Obras dramáticas:
Sófocles escribió más de cien piezas
dramáticas, de las cuales se conservan siete tragedias completas y fragmentos de
otras ochenta o noventa. Las siete obras conservadas son Antígona,
Edipo Rey, Electra, Áyax, Las Traquinias,
Filoctetes y Edipo en Colono (producida póstumamente en el año 401
a.C.). También se conserva un gran fragmento del drama satírico Los
sabuesos, descubierto en un papiro egipcio alrededor del siglo XX. De estas
siete tragedias la más antigua es probablemente Áyax (c. 451-444 a.C.).
Le siguen Antígona y Las Traquinias (posteriores a 441 a.C.).
Edipo Rey y Electra datan del 430 al 415 a.C. Se sabe que
Filoctetes fue escrita en el año 409 a.C.
Estas siete tragedias se
consideran sobresalientes por la fuerza y la complejidad de su trama y su estilo
dramático, y al menos tres de ellas Antígona, Edipo Rey y Edipo
en Colono son consideradas unánimemente como obras maestras. Antígona
propone uno de los principales temas del autor: el carácter de los
protagonistas, las decisiones que toman y las consecuencias, a menudo dolorosas,
de estos dictados de la voluntad personal. Antígona relata el rito funerario de
su hermano Polinice, muerto en combate al desobedecer el edicto de Creonte,
gobernador de Tebas. El entierro del hermano acarrea para Antígona su propia
muerte, la muerte de su amante, Hemón, que no es otro que el hijo de Creonte, y
la muerte de Eurídice, esposa de Creonte.
Áyax, Filoctetes,
Electra y Las Traquinias, repiten, en mayor o menor grado, los
temas ya expuestos en Antígona. Edipo Rey, merecidamente famosa
por su impecable construcción, su fuerza dramática y su eficaz ironía, fue
considerada por Aristóteles en su Poética, como la más representativa, y
en muchos aspectos la más perfecta, de las tragedias griegas. La trama gira en
torno al héroe mitológico Edipo, que poco a poco descubre la terrible verdad de
haber ascendido al cargo de gobernador de Tebas tras haber asesinado
involuntariamente a su padre, primero, y casándose con su madre, la reina
Yocasta, después. Edipo en Colono describe la reconciliación del ciego y anciano
Edipo con su destino, y su sublime y misteriosa muerte en Colono, tras vagar
durante años en el exilio, apoyado por el amor de su hija Antígona.
b) Influencia:
Sófocles es considerado hoy por muchos
estudiosos como el mayor de los dramaturgos griegos, por haber alcanzado un
equilibrio expresivo que está ausente tanto en el pesado simbolismo de Esquilo
como en el realismo teórico de Eurípides. Se le atribuyen numerosas aportaciones
a la técnica dramática, y dos importantes innovaciones: la introducción de un
tercer actor en escena, lo que permite complicar notablemente la trama y realzar
el contraste entre los distintos personajes, y la ruptura con la moda de las
trilogías, impuesta por Esquilo, que convierte cada obra en una unidad dramática
y psicológica independiente, y no en parte de un mito o tema central. Sófocles
también transformó el espíritu y la importancia de la tragedia; en lo sucesivo,
aunque la religión y la moral siguieron siendo los principales temas dramáticos,
la voluntad, las decisiones y el destino de los individuos pasaron a ocupar el
centro de interés de la tragedia griega.
11. TEÓCRITO.
(Esta información ha sido sacada de la enciclopedia Encarta 99).